Si eres de los que no ven claro que en los vinos haya tantas diferencias y matices, organiza una pelea de gallos: coges dos vinos de dos marcas diferentes, de la misma denominación, a ser posible de la misma zona geográfica y por supuesto elaborados con la misma uva, mejor monovarietales (que sólo están hechos a partir de una variedad de uva) y los metes en la misma mesa. Como con las apuestas, cuanta más gente participe, más intenso es el ambiente.
Esto es lo que hicimos hace no mucho con dos blancos de Rueda, y por aquello de ser originales, no con la variedad fuerte de Rueda, el verdejo, si no con dos sabrosones Sauvignon: EMINA SAUVIGNON y PRADO REY SAUVIGNON. Al final el gallo vencedor resultó el Prado Rey, por su mayor viveza en el combate, más incisivo y colorido. El Emina empezó fuerte, pero con el paso de los asaltos fue perdiendo presencia. Junto con la tabla de quesos que nos zampamos, una pela de gallos siempre es un buen plan para una merendola. Salud
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