domingo, 13 de diciembre de 2009

CON EL NÚMERO UNO...

Ya lo había bebido un montón de veces, pero el otro día lo compré para tener en casa y surgió una oportunidad para beberlo casi de inmediato. Prado Rey Roble 07. La ocasión era una cena con amigos, ellos y ellas, y la prueba era dura porque había comida china en la mesa. Este vino es un tinto con buena pinta desde el primer momento: la botella tiene prestancia, con corte moderno, limpio, vamos que queda bien encima de la mesa. El color es vivo y huele a gloria. Y este olorcillo le viene de la palabra "roble" en la etiqueta, que es un truquito muy útil para nosotros consumidores, porque significa que le han dado una manita de madera pasandolo un tiempo por barricas, suficiente para que coja aromas y sabores más ricos que un vino joven pero menos que un crianza y todo esto con una ventaja indudable para las cenas de amigos, dónde van a caer más de una y más de dos botellas: que el precio baja. Tienes un Ribera que apunta maneras por la mitad de un crianza, (la botella anda por los 6/7 euros), que está más que bueno y hasta te olvidas de la comida china. Qué bien nos hubiera venido un lechazo... Salud

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