sábado, 19 de diciembre de 2009

SIN CASERA NO COMO

El título es broma, of course. Pero viene a colación por que desde hace un tiempo me peleo con la sensación de que no es tan fácil encontrar vinos que cumplan la siguiente misión: beberlos a diario. Parece una tonteria, por lo que acotaré el objetivo y sus condicionantes. Me gusta comer con una copa de vino, luego no me voy a beber una botella al día. No todos los días son fiesta, luego tengo que asignar un umbral aceptable para mi concepto de "vino de mesa", que yo cifro alrededor de 3 euros. Y por supuesto, y esto es lo más díficil, tiene que estar bueno. ¿que es estar bueno? pues dejando de lado otras vertientes de la vida, lo definiremos por su opuesto, es decir, no puede ser ni anodino en sabor, ni aguado en textura, ni anónimo en olor.
Mi padre me trajo el otro día unas botellas de Toro, y ayer abrí una, CERMEÑO 2008, de la bodega Covitoro. Qué grata sorpresa. Con las patatas a la riojana que habia sobre la mesa no podía haber en ese momento nada mejor. Un vino joven, hecho con tinta de toro, que tiene ese saborcillo tan suyo, tan de Zamora, sencillo y contundente. Perfecto con los platos de otoño-invierno, al calorcillo del hogar. Y tan contentos con los pequeños placeres del día a día. Salud.

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