domingo, 29 de agosto de 2010

ALLENDE FRONTERAS

Días de asueto y distancia con lo cotidiano. Las vacaciones. Algunos días en Portugal y otros en la cuenca del Gualdaquivir han dibujado un verano de blancos en lo enológico, porque en lo cutáneo he acabado bastante negro, jeje.
Portugal es una país con tanta tradición vinícola como España y con grandes condiciones. Como el calor apretaba y casi toda la manduca se repartía en frutos del mar, pues blanco que te quiero blanco. Soy un completo ignorante de los entresijos del vino lusitano, así que sólo puedo dar cuenta de lo bien que se hace el vino allí y señalar dos denominaciones: Alentejo y Vinho Verde. El primero, más dulce, con más empaque, doradito…como ejemplo BRANCO ANA VIEIRA PINTO de la bodega del mismo nombre.
El famoso Vinho Verde, límpido (toma adjetivo!), casi transparente y super ácido, verdaderamente útil si llegas a una terraza después de que cien casas encaladas en blanco reflejen hacia ti los rayos solares de justicia en agosto y tu garganta necesite algo para volver a su ser. Por aquello de que suena muy portugués, el QUINTA DA AVELEDA, de Aveleda que además tiene una botella elegantona y con vidrio azul!Salud.

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