Bien por que confien en ti, bien porque te pongan a prueba, bien porque te quieras marcar un tanto (o un farol), es agradable que la elección del vino recaiga en ti...pero también es una responsabilidad. No hay reglas mágicas, todo influye y huyo como de la peste de recetas tipo "con la carne tintos y con pescado blancos". A mi entender, lo que más influye en la elección es la compañia. Como no existen ecuaciones psicológicas para maridar la carta de vinos con la carta de personas, yo recurro a un truquito muy sencillo para, al menos, acotar la elección. Si sabes que tipo de bebidas (y aquí estoy hablando de copas, alcohol vamos) bebe la gente que te acompaña, pues ya tienes ventaja, si no, pues lo preguntas. Es curioso que con el vino la gente se hace la picha un lio (con perdón) y con las copas lo tiene clarísimo, el que bebe gintonic, bebe gintonic y el que bebe ron...pues no bebe gintonic. Sigamos con el truco. Si la troupe que te acompaña solo le pega a cosas dulcitas, nada de vinos secos. Y viceversa. Que vinos son secos y cuales dulces? Bueno, eso lo dejamos para otro día. Pero como ejemplo, pongo el caso en el que elegí el vino de la foto, OLVENA GEWURZTRAMINER de BODEGAS OLVENA, que por cierto, es una delicia de diseño (de comunicación y de producto). Ese nombre que parece alemán, es porque usa una uva alemana. La uva alemana se llama exactamente así. Es de Somontano y funciona bien porque el lugar reune condiciones que concuerdan con las de su origen, pero eso también para otro día. La cuestión es que no sabía que elegir, aunque sí que iba a ser blanco. Pregunté, y la gente tomaba gintonic (bebida seca). Por tanto, esta fue la elección, que si bien no es un claro exponente de los secos, lo es más que un Riesling (también uva alemana) con el que compartía carta. En resumen...que buena suerte con cuando os toque. Salud
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